Hay días en los que las palabras pueden calmar algo, pero que no consuelan, y es que simplemente nada consuela... sólo quieres pasarlo, da igual cómo y da igual el tiempo que te lleve, pero sólo soltar en silencio pero en compañía.
Esa compañía discreta, que no juzga, que no se enfada, que siempre está ahí, que calma y que a veces te arranca una sonrisa... y nada más. Sólo eso, tumbarte en la cama, envolverte en la manta y dejar que él se tumbe junto a ti.. centrarte en su respiración y que las energías se equilibren...
Eso es algo que sólo nuestras mascotas saben hacer como nadie...
Fuente: internet-google |
Esta entrada la publiqué en mi blog personal, pero bien puede tener aquí un hueco...
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